Cuando pensás en darte unos mimos y cuidar de tu bienestar, es fácil imaginar largos baños de burbujas o pasar toda la tarde disfrutando un buen libro. Pero si en tu agitada vida apenas tenés tiempo para lavarte los dientes, el cuidado personal probablemente se sienta como un lujo.
Dicho esto, en medio de una pandemia de salud global, es más importante que nunca darse un poco más de cariño para restaurar y revitalizar la mente y el cuerpo. Y, no, no tenés que dedicar ni 30 minutos para hacerlo. :)
Incluso los más pequeños y rápidos actos de cuidado personal son invaluables en estos días. Acá vas a encontrar los actos favoritos de cuidado personal, que según los expertos en salud, pueden completarse en cinco minutos o menos. Sigue leyendo y prepárate para mejorar tu bienestar en menos tiempo del que se tarda en hacer una taza de té.
Esta simple serie de poses de yoga es a la vez enraizante y energizante. Entre los estiramientos, dejar tu cabeza colgando mirando hacia abajo, y centrándote en el flujo de la secuencia, te sentirás refrescada y un poco más relajada después. Si necesitas un tutorial o prefieres repasar la secuencia con un profesor, mira este video de cinco minutos de saludos al sol en YouTube.
Al levantarte cada mañana y mientras preparas tu café, puedes crear mezclas de aceites esenciales para apoyarte mejor a tí y a tu día. Una buan mezcla para un día completo de trabajo en casa es una combinación de lavanda, limón y menta. El resultado de la mezcla de estos tres aceites es de gran equilibrio. El limón te mantiene mentalmente aguda, brillante y elevada; la lavanda te mantiene calmada; y la menta te da energía. Como bonus, tu casa olerá como un spa mientras te preparas para afrontar tu día.
Cuando necesites un momento para ti misma, tómalo. Entra en una habitación, cierra la puerta, apaga todos los aparatos y la música, siéntate y deja que el silencio se filtre en ti. Disfruta a quietud y la conexión casi inmediata con tu aliento y el asombro de estar viva.
Para aquellas que les gusta pasar este tiempo desconectándose con un poco de ruido, aplicaciones como Headspace y Simple Habit ofrecen muchas opciones de meditación guiada que duran sólo unos minutos, que van desde categorías como "relajarse" y "concentrarse" hasta "pánico" y "buenos días".
Para reflexionar en los momentos de transición (como dejar el trabajo para empezar la cena), puedes usar lo que se llama "las tres respiraciones esenciales".
Cuando estés entre actividades a lo largo del día, haz una pausa y tómate un momento para centrarte en tu respiración. Puede que quieras cerrar los ojos, o simplemente sentarte en el sofá por un minuto. Durante la primera respiración, piensa en alguien que amas profundamente y concéntrate en esos cálidos sentimientos de adoración. Luego, durante la segunda respiración, contempla algo por lo que estás agradecida y afina esa gratitud. Finalmente, durante la tercera respiración, repite el mantra "todo está bien" u otro dicho positivo de tu elección. Este tercer aliento cambia tu forma de pensar desde la preocupación a la esperanza y el optimismo.
La práctica dura unos dos minutos en total, y podes repetirla siempre que lo considere oportuno a lo largo del día. Ya sea que te levantes de la silla de la sala después de leer el periódico o te sientes a la mesa para cenar, te ayuda a sentirte presente y concentrada a lo largo de tus rutinas.
Pasá sólo 60 segundos en una práctica de gratitud y te sorprenderás del cambio en su perspectiva. Centrarse en la gratitud libera dopamina y serotonina, que son las mismas hormonas con las que trabajan los antidepresivos. Crear más gratitud por las cosas que nos dan alegría puede reestructurar permanentemente nuestro cerebro.
Si querés escribir tu gratitud, dedicá un minuto a anotar algunas cosas, tanto grandes como pequeñas (como el aire acondicionado y las barras de proteína con chocolate) por las que estás agradecida. O, en la mesa de la cena, pídanles a todos que compartan tres cosas que les hayan gustado de su día. ¿Vives sola? Recita tu lista en voz alta; hay poder en dar voz a tus palabras.
Tus patas hacen mucho por ti, así que tomate unos minutos para devolver el favor con un remojo rejuvenecedor de pies cuando un baño completo no está dentro de tus posibilidades.
Añade una cucharada de sal a un cubo de agua o a una bañera poco profunda. El contenido de magnesio de la sal ayuda a aliviar los músculos y la experiencia te da un descanso relajante.
No estará en la lista de actividades emocionantes, pero este acto de cuidado personal puede tener un serio impacto en tu bienestar.
Cada noche, por mucho que no te apetezca hacerlo, tomate cinco minutos para asegurarte de que no haya platos por lavar. La cocina suele ser uno de los primeros lugares a los que vamos por la mañana, así que es importante que la cocina marque un buen tono para el día y esté limpia.
Si tu dormitorio o sala de estar tiende a estar más desordenada, pasá cinco minutos ordenándolos, lo que te traerá más paz al día siguiente.
En lugar de apresurarte en tu rutina de cuidado de la piel por la mañana, sintonizá con el momento. Por ejemplo, si te aplicas protector solar en la cara y el cuello- algo que toma menos de cinco minutos, está bueno refleccionar y agradecer que empezás el día protegiendo tu piel.
Cuando el clima lo permita, tomá un rápido descanso para pasar unos minutos al sol. Uno de los actos más simples de cuidado personal que hay, te proporcionará un impulso mental y físico instantáneo. Te permite desestresarte y reflexionar sobre cualquier cosa en tu vida que necesite tu atención. En segundo lugar, la luz del sol es un estímulo instantáneo para el estado de ánimo. Y tercero, tomas una dosis de vitamina D, que todos necesitamos para un sistema inmunológico más fuerte y muchos otros aspectos de la salud.
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